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Genera ambientes formativos para propiciar la autonomía y promover el desarrollo de las competencias en los alumnos de educación básica.

Promueve  un clima de confianza en el aula que permita desarrollar los conocimientos, habilidades, actitudes y valores.

Considero que la competencia antes mencionada es una en la que más alcances he obtenido. Al principio de mi práctica no procuraba un ambiente de confianza en mi aula, y mucho menos afectiva. Esto, debido a mi poco gusto por los abrazos o muestras de cariño que casi no me gusta tener, sin embargo, conforme fue pasando el tiempo y las prácticas, comprendí que si a los niños se les trata en un ambiente de confianza y comunicación, facilita la adquisición de competencias. 

Además al poner en práctica esto, pude ver que los niños se involucraban más en las actividades, y en consecuencia los aprendizajes tenían un mayor alcance, así mismo mi trato se convierte en un ejemplo de lo que se desea los niños vayan desarrollando para tener relaciones interpersonales sanas y asertivas. Respecto a esto, el Programa de Estudio 2011 Guía para la Educadora menciona que...

"La comprensión y regulación de las emociones implica aprender a interpretarlas y expresarlas, a organizarlas y darles significado, a controlar impulsos y reacciones en el contexto de un ambiente social particular. Se trata de un proceso que refleja el entendimiento de sí mismos y una conciencia social en desarrollo, por el cual las niñas y los niños transitan hacia la internalización o apropiación gradual de normas de comportamiento individual, de relación y de organización de un grupo social".

 

SEP, (2011, p. 75).  

Respecto a esto se puede ver que es de gran importancia propiciar ambientes de confianza, porque, a través de este también se está favoreciendo el desarrollo de algunas competencias (relacionadas en este caso, de manera dierecta con el campo formativo "desarrollo personal y social") que establece el Programa de Estudio 2011 Guía para la Educadora, Educación Básica Preescolar.

 

Y más adelante (SEP, 2011) sigue mencionando que las emociones, la conducta y el aprendizaje están influidos por la familia, la escuela y el contexto social en el que se encuentran los niños, por lo que resulta un reto el que los niños aprendan a regularse, debido a que en cada contexto aprenden a relacionarse de forma diferente, van comprendiendo que son parte de un grupo y aprenden a participar y compartir experiencias propias. 

 

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